Andrés Macario Gañán, CEO de Vacolba, escribe en El Mundo de Castilla y León unas reflexiones sobre el futuro de Castilla y León, relacionando su actual tejido empresarial y la riqueza propia de la Comunidad Autónoma, con la necesidad de integrarse en la economía digital y las oportunidades que ello brinda.
‘El futuro pasa por la digitalización’ – Una mirada a Castilla y León
(leer en El Mundo – Diario de Valladolid publicado el 5 de mayo de 2016)
Castilla y León es una Comunidad histórica y cultural, rica en territorios y gentes. Nuestra comunidad autónoma es la más extensa de España y también la que mayor número de municipios alberga. Los Castellanos y Leoneses presumimos de pluralidad y convivencia, porque está escrito en nuestros orígenes. Nos gusta defender nuestro patrimonio, el más rico en bienes de interés cultural e histórico, y cuidar cada uno de nuestros rincones, nuestros pueblos. Porque todos contribuyen a nuestra riqueza y a nuestra identidad. Tenemos mucho, por tanto, de lo que presumir y mucho por cuidar.
A la riqueza que nos da nuestra tierra y nuestra gente se suma la que generan nuestras empresas, que nos permite mantener y dar a conocer nuestra identidad. En nuestra Comunidad, por ejemplo, se fabrican dos de cada diez automóviles que se producen en España. Contamos con más de 160 mil empresas, pequeñas centradas predominantemente en servicios y comercio, medianas y grandes que destacan en el sector industrial. Todas cumplen su papel en un ecosistema empresarial equilibrado y cohesionado.
Se diría que en Castilla y León hemos cerrado un buen año 2015: El paro disminuye en casi 33.000 personas en el último trimestre. Este es sin duda el parámetro que más preocupa a todos los que vivimos la realidad de cerca. Las exportaciones también son un apartado importante a contemplar –en el pasado año aumentaron el 18 por ciento: casi 15 mil millones de euros-. Esta partida, sin duda, nos permite aprovechar la bonanza económica que se produce fuera de nuestras fronteras.
Por otro lado están las ventas del comercio minorista, las que se producen en las tiendas que nos rodean y que visitamos, que aumentaron un 3,8 por ciento. El comercio da una vida a nuestras calles que a su vez nutre otros negocios y, por tanto, sustento para muchas familias de nuestros pueblos y ciudades. El cuarto aspecto en el que he querido fijarme es el turismo. Primero, porque es otra forma de atraer riqueza e ingresos, fundamentalmente de otras partes del territorio nacional, y poco a poco ir creciendo en el ámbito internacional. Y, segundo, porque nos sirve para poner en valor la riqueza cultural y territorial a la que he hecho referencia al comienzo de este artículo. Pues bien: el número de viajeros aumentó un 9 por ciento el año pasado, consolidando nuestras tierras como ‘destino AVE’ de cara al año de Cervantes. No olvidemos, en este sentido, que el 86 por ciento de los viajeros son nacionales y el 28 por ciento, en concreto, de Madrid.
Y como guinda para este análisis, por qué no, el fruto de nuestras viñas, ya que los vinos con D.O. de Castilla y León alcanzaron un nuevo máximo de cuota de mercado en España al superar el 22 por ciento. Un ejemplo más de la excelencia de nuestro tejido empresarial y, lo que es para mí más importante: de nuestro potencial.
En esta rápida radiografía vemos que el momento resulta favorable para los Leoneses y los Castellanos, como lo es también la previsión para el año 2016 que indica un crecimiento del PIB del 2,7 por ciento. Además vemos que la tendencia es positiva en áreas que son importantes para nuestra región, como las exportaciones o el turismo. La propuesta que hoy quiero apoyar desde mi posición de ciudadano y empresario de Castilla y León, viene a potenciar estas fortalezas y esta inercia. Y es que, las oportunidades de crecimiento existen y se extienden a nivel nacional y de la Unión Europea (con una previsión de crecimiento de alrededor del 3 y el 2 por ciento respectivamente). En este camino a andar veo imprescindible la integración de nuestra estructura productiva en la economía digital.
La economía digital ha cambiado nuestro entorno. Principalmente porque ha cambiado la forma en que se consume. Y es el consumo la forma más sólida de crecer y generar riqueza. El consumidor decide, marca tendencias. Y es la empresa la que se debe adaptar. Hoy en día el consumidor tiene acceso a toda la información de los productos y servicios. Es un consumidor híper-informado. Además, toma las decisiones de compra en cualquier momento, desde cualquier lugar y a través de múltiples dispositivos y canales. Gracias a los móviles inteligentes, las decisiones de consumo se toman a golpe de pequeños momentos. Son los micromomentos de nuestras ocupadas vidas que aprovechamos, como esperas, trayectos urbanos, o que tratamos de compaginar con nuestra existencia digital, como el descanso del café.
Las empresas que toman el control de la economía son las que ofrecen esta disponibilidad digital: a un clic de distancia o, nunca mejor dicho, al alcance del dedo. Poco importa al consumidor dónde se encuentre la empresa, o quién se encargue de entregar el producto. Y es ahí donde está la oportunidad de nuestras provincias como ubicación magnífica, bien para la adaptación de las compañías existentes o bien para la implantación de nuevos proyectos. El mundo digital y sus nuevas reglas favorecen que desde nuestra Comunidad podamos tener presencia nacional e internacional, primando la capacidad emprendedora e innovadora del empresario, que sin duda no falta entre los Castellanos y Leoneses.
Para la integración de nuestra economía productiva en la economía digital veo tres líneas de acción fundamentales: empresas, tecnología y empleados. En la línea de empresa hay que apostar principalmente por dotar a nuestras actuales compañías de capacidades digitales, es decir, establecer nuevos canales para sus productos y servicios actuales que les permita, por un lado, potenciar su alcance y además poner en marcha nuevas líneas de negocio que surgen en la nueva economía y que muchas veces son evolución de las actuales. En paralelo a la ‘transformación digital’ de las empresas existentes, es importante fomentar la creación de nuevas empresas nativas digitales que ayudan a completar el marco para una eficaz generación de empleo.
La segunda línea, la de la tecnología, va íntimamente unida a la de empresa, pues se trata de poner los medios que den soporte a su transformación y que permitan hacer realidad el alcance de sus negocios allá donde se quiera llegar. En esto no debemos volvernos locos: Debe ser una tecnología sólida, pero práctica y eficiente. Y, lo más importante, que sea escalable para que nos permita empezar por lo pequeño, ir probando, equivocarnos, acertar e ir ampliando. Las políticas que favorezcan la conectividad de todos los rincones de nuestra Comunidad, mediante un acceso de calidad a internet, así como la digitalización y la incorporación de las nuevas tecnologías al ámbito empresarial, serán básicas para hacer posible esta línea en toda su plenitud.
La tercera línea a contemplar es la de los empleados. Muchas de las personas que trabajan en nuestras empresas van a necesitar un reciclaje. Son profesionales válidos, que entienden el negocio y las necesidades de los clientes. En muchos casos va a bastar con entender un nuevo enfoque y aprender a manejar nuevas herramientas. Este aprendizaje en nuestros días no es una excepción sino una constante que forma parte de la normalidad. En este cambio va a contribuir en gran medida la cultura que se implante en la empresa y que debe impulsarse desde la dirección. Finalmente, algunos puestos serán óptimamente ocupados por nativos digitales o profesionales que se hayan formado profundamente en el entorno y técnicas digitales, abriendo un espacio de generación de empleo en el que tengan cabida estas nuevas profesiones.
La transformación digital de nuestras empresas va a ayudarnos a construir la marca Castilla y León. Ya no sólo en cuestión de productos, como ya ocurre –y hemos avanzado mucho- en el sector agroalimentario, sino como marca de Empresa excelente que, en cualquiera de nuestras provincias, produce y entrega calidad. Y también, en segunda instancia, como socio ideal para marcas multinacionales. En definitiva, como marca de calidad de nuestro trabajo, y entendimiento de futuro.
Andrés Macario
CEO de Vacolba
Andrés Macario es un empresario de Valladolid, fundador y director general de Vacolba, partner de negocio orientado a la venta en internet. Andrés está muy presente en el mundo digital a través de su blog andresmacario.com y su cuenta en Twitter @andresmacariog donde ofrece consejos para la transformación digital de las empresas y pautas para ser CEO digital.
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